Tonalli, herbolaria tradicional
La palabra nahua tonalli alude a la energía contenida en el cuerpo humano. Los occidentales no contamos con un término
equivalente, siendo «alma» el más aproximado, aunque limitado, ya que para la cosmovisión indígena el tonalli es un complejo al
que están supeditados desde la conciencia y la voluntad, hasta el destino.
En las diversas tradiciones prehispánicas, no hay consenso respecto del lugar del cuerpo donde reside o de cómo se distribuye
el tonalli en él; tampoco en cuanto a su devenir después de la muerte: ¿parte a otro mundo, o se incorpora a la tierra y, desde
ella, a nuevos ciclos vitales?
En el mundo indígena, era responsabilidad del médico restituir el equilibrio del tonalli cuando se dañaba, evitar su
desprendimiento, lo cual podía deberse a la intensidad de las emociones, a la embriaguez, al susto o a acciones indebidas,
trayendo como resultado el desasosiego y la enfermedad. Para ello, el sanador se valía de medios externos, principalmente de
hierbas.
La sabiduría ancestral prehispánica en la que se fundamenta el uso de plantas medicinales se refleja en una práctica que
continúa viva en amplios sectores y que, asimismo, se ha incorporado a nuevos productos y formas de terapia.
Más allá de su interés histórico y práctico, afortunadamente también el arte aporta nuevas visiones del tema. Las
interpretaciones de plantas tradicionales de Patricia Lagarde invitan a una experiencia sinestésica a partir de la imagen: ver su
olor, oler su textura, tocar su sabor, saborear su forma.
La visión, en este caso, desencadena en el espectador un flujo de energía interior que le recuerda que el cuerpo humano es un
sistema en el que todo se comunica con todo. También nos recuerda que debido a esta reactivación sensorial, el arte, como la
herbolaria, restituye el tonalli.
José Raúl Pérez, curador
equivalente, siendo «alma» el más aproximado, aunque limitado, ya que para la cosmovisión indígena el tonalli es un complejo al
que están supeditados desde la conciencia y la voluntad, hasta el destino.
En las diversas tradiciones prehispánicas, no hay consenso respecto del lugar del cuerpo donde reside o de cómo se distribuye
el tonalli en él; tampoco en cuanto a su devenir después de la muerte: ¿parte a otro mundo, o se incorpora a la tierra y, desde
ella, a nuevos ciclos vitales?
En el mundo indígena, era responsabilidad del médico restituir el equilibrio del tonalli cuando se dañaba, evitar su
desprendimiento, lo cual podía deberse a la intensidad de las emociones, a la embriaguez, al susto o a acciones indebidas,
trayendo como resultado el desasosiego y la enfermedad. Para ello, el sanador se valía de medios externos, principalmente de
hierbas.
La sabiduría ancestral prehispánica en la que se fundamenta el uso de plantas medicinales se refleja en una práctica que
continúa viva en amplios sectores y que, asimismo, se ha incorporado a nuevos productos y formas de terapia.
Más allá de su interés histórico y práctico, afortunadamente también el arte aporta nuevas visiones del tema. Las
interpretaciones de plantas tradicionales de Patricia Lagarde invitan a una experiencia sinestésica a partir de la imagen: ver su
olor, oler su textura, tocar su sabor, saborear su forma.
La visión, en este caso, desencadena en el espectador un flujo de energía interior que le recuerda que el cuerpo humano es un
sistema en el que todo se comunica con todo. También nos recuerda que debido a esta reactivación sensorial, el arte, como la
herbolaria, restituye el tonalli.
José Raúl Pérez, curador